Calificación LA NACION: MUY BUENA
Ahora los clowns se entretienen con agua
Un nutrido grupo de clowns asoma en escena dispuesto a dar sus miradas en torno de un único tema, el agua. En dúos o tríos irán creando pequeñas situaciones en las que, por ejemplo, un alumno junto a su maestra explica los elementos de donde puede salir agua; una pareja de enamorados comienza románticamente a relacionarse y termina tirándose agua; una señora llama al plomero y desde su cañería tapada podrán sacar cosas inexplicables; un capitán y su marinera, en alta mar, mostrarán verdaderamente quiénes son; una alocada profesora de surf y su torpe alumna se enredarán en cuestiones desopilantes...
Las rutinas se irán multiplicando y el espectador no parará de asombrarse ante la cantidad de situaciones que el hombre puede inventar buscando relaciones con el agua. Todo eso en un tono muy divertido y a un ritmo intenso que irá creciendo a medida que la función se desarrolla. La dirección de Marcelo Katz es muy minuciosa. Cada una de las escenas tiene el tiempo perfecto y la concatenación de ellas lleva a que la sorpresa aparezca continuamente y esto mantenga la atención del espectador de manera constante. El creador, desde la simplicidad, hace que el disparate sea el único protagonista de su experiencia y la platea completará cada uno de los mundos propuestos, descubriéndose inmersa en un mundo plagado de ternura y algo de maravilla.
Payasos adorables
El elenco, muy numeroso, es homogéneo. Cada artista ha construido un clown muy peculiar, con rasgos bien definidos y que, en el conjunto, aportará una riqueza extra al espectáculo porque el público tendrá la posibilidad de observar una amplia gama de creaciones, a veces muy opuestas en sus conductas, pero siempre muy ricas en los detalles, las observaciones. Una aclaración: si bien Aguas es una propuesta para toda la familia, los niños más pequeños no siempre se sentirán provocados, aunque sus padres disfruten mucho de ella. Carlos Pacheco
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